La colonia de valencianos festeja los 50 años de la presencia de la Geperudeta en esta población vacacional de la Sierra de Gúdar
La fiesta a la Virgen de los Desamparados ha hermanado desde hace cinco décadas a las ciudades de Valencia y Mora de Rubielos (Teruel), poblaciones de dos comunidades autónomas diferentes pero que se han unido en su devoción hacia la figura de la Geperudeta, una imagen que se venera en la población turolense desde hace 50 años.
La fiesta a la Virgen de los Desamparados ha hermanado desde hace cinco décadas a las ciudades de Valencia y Mora de Rubielos (Teruel), poblaciones de dos comunidades autónomas diferentes pero que se han unido en su devoción hacia la figura de la Geperudeta, una imagen que se venera en la población turolense desde hace 50 años.
La colonia de valencianos que pasa sus vacaciones estivales en este enclave de la Sierra de Gúdar se dispone a conmemorar este año el medio siglo desde que la imagen de la Virgen fue introducida gracias a la donación realizada por un matrimonio mixto valenciano-aragonés.
Fue en 1961 cuando el matrimonio formado por Miguel Bellver, de Cuatretonda (Valencia), y Aurora Martín, de Mora de Rubielos (Teruel), donó a la parroquia una imagen de la Virgen, idéntica a la que se venera en la Iglesia de Santa Catalina en Valencia, ya que ambas salieron de las manos del mismo maestro imaginero. Desde entonces se introdujo en Mora la costumbre de celebrar cada año una fiesta dedicada a la Virgen de los Desamparados, que se ha realizado desde entonces el primer fin de semana posterior al 15 de agosto.
La celebración ha ido evolucionando a lo largo de este medio siglo aunque mantiene el mismo espíritu familiar con el que nació: hacer un alto en las vacaciones de agosto para expresar el fervor hacia la Virgen de los Desamparados y, al mismo tiempo, unir en un ambiente festivo a los lugareños y a los valencianos que pasan su vacaciones en este bello pueblo de la serranía de Gúdar.
A partir de 1975, la fiesta contó con comisiones promotoras (para los periodos 1976-1983, 1984-1992 y 1992-2011), de las que han formado parte, entre otras, personas como Matías Miguel, Concha Escriche, Juan Lledó, Vicente Cárcel, Amparo y Pilar Cárcel, Javier Miguel, Pilar Escriche, Esther Alcalá, Pedro Sancho, Lucía Miguel, Oscar Dejean, Francisca Chirivella, Carmina Ros, María Rubio, Rafael Alegre, Fernando Hinojosa, Susana Torres, Francisco Sebastián, Jose Mª y Daniel Benito, Juan Font, Consuelo Marín, Carmen Esteve y Chimo Alegre, el decano, con 27 años aportando su trabajo para que la fiesta sea una realidad cada año.
Este año las celebraciones serán algo más extensas, del 16 al 21 de agosto, pues el 50 aniversario bien lo merecen, con un programa que incluye actos de carácter religioso, culturales, recreativos y, como colofón, una mascletà para que quede bien patente el espíritu festivo de los valencianos y su pasión por la pólvora.
El sábado 20 de agosto, después de la eucaristía y la ofrenda floral, se descubrirá una placa conmemorativa colocada en la fachada de la casa del matrimonio que donó la imagen de la Virgen.
Con motivo del 50 aniversario, el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, y el obispo de Teruel-Albarracín, Carlos Escribano, han enviado sendas cartas que serán leídas en la misa baturra y valenciana del domingo día 21, ya que ambos no podrán asistir por encontrarse en Madrid con motivo de la visita del Papa Benedicto XVI para presidir las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Para esta efeméride se contará también con la participación de una representación de la Hermandad de Seguidores de la Virgen de los Desamparados de Valencia.
La mascletà y la comida de hermandad serán los dos actos que cerrarán este cincuentenario de la entronización de la Virgen de los Desamparados en Mora de Rubielos.